Canciones Eternas: Puente
El testamento más fuerte del Cerati post Soda Stereo es, indudablemente, «Puente». Como single, mostró el futuro inmediato en su carrera y anticipó uno de sus mejores discos, Bocanada.
La despedida de Soda Stereo fue agotadora, emocional, emocionante, disruptiva, colosal y multitudinaria. Los tres miembros de la banda más exitosa de Latinoamérica no tenían el grado de afinidad de los años anteriores, y fue acertado cortar por lo sano. En ese ínterin, Gustavo Cerati ya tenía todo fríamente calculado.
Bocanada es el disco insignia en la carrera solista de Gustavo. Contiene mil y un samples, coordinados por el recordado Flavio Echeto, atisbos electrónicos, Dream Pop, psicodelia y estribillos contundentes. Un Dream Team fue confeccionado para la realización del disco, e incluyó a Leo García, Martín Carrizo, Fernando Nalé y Tweety González. Fue grabado en 1999 en Casa Submarina, estudio personal de Cerati, y en Abbey Road (donde ofició The London Session Orchestra).
El arte de tapa es icónico, y demuestra que una bocanada de aire fresco y gélido es necesaria de vez en cuando para renovarse internamente. Hubo mucho trabajo de videoclip para el lanzamiento de los singles y demás canciones del álbum. El más cautivante es aquel que acompaña «Puente», un paseo por Buenos Aires al bordo de una pequeña nave (un helicóptero con manubrio de bicicleta) y con el cosmonauta Cerati trayendo ocasionales acompañantes (sus compañeros de banda). La dirección del mismo es de Andrés Fogwill.
»Puente es pura imaginación en realidad, tampoco es que estoy hablando de nadie en especial, la verdad es esa. Es la única canción en donde incorporo un poco la idea del público, o lo que puede llegar a pasar con esa canción cuando la estás haciendo con gente», afirmó el músico en su momento.
Casualmente, «Puente» no tiene samples. En cambio, tiene el estribillo más roquero y la banda más furiosa en todo Bocanada, con un Martín Carrizo en alza cumpliendo el sueño de tocar con un Soda. Comienza como una canción contemplativa y acústica, y con el correr de los acordes, se vuelve pesada y emocionante. Leo García acompaña en esos coros que hacen más celestial a la canción.
Desde la letra, la unión con las personas, el público, las cosas que uno quizás tenga como preciadas, es la premisa. «Cruza el amor, yo cruzaré los dedos«, proeza Gustavo antes del fulminante estribillo: «Gracias por venir», un desligue de esa postura de la despedida de Soda Stereo que lo alzó como héroe total.
En sus propias palabras, el track y su estribillo en especial «también era una forma de neutralizar el ‘Gracias totales’, me había transformado en ‘Mister Gracias Totales’.
El pasado queda atrás, el presente es pura expectativa y apertura, y para el futuro está todo dado. Ese es el momento que encapsula «Puente», un rock de estadios que nació como un alejamiento de esa ambición pero que volvió a ocupar ese lugar con merecimientos. Aquí les dejo una versión en vivo para que sepan bien de lo que hablo:
